Existen personas con el destino marcado y personas que se marcan su destino. Nuestro personaje está a medio camino entre ambas obviedades.

Nacida de familia bien, su destino como el de sus 4 hermanos, parecía escrito. Pero la niña rebelde que aún habita en ella se resistió como gato panza arriba a los planes familiares y pronto corto el cordón umbilical para rodar sola. 

Y mucha veces sola y peligrosamente en esa Madrid de la movida que dejó no pocos disgustos entre los hijos de las clases más acomodadas, especialmente sensibles a esa nueva libertad.

Pero a diferencia de un nutrido grupo de posmodernos impuestos, Alejandra Fierro tenía una pasión que no le dejaba de atormentar. La música, ahhh, ella y su música. Aún está por ver quien salvó a quien.

No fue hasta muchos años después de las balconadas de Tierno cuando Alejandra se dio cuenta que otra persona habitaba en ella, una persona distinta con la cabeza llena de la música que descubrió en Panamá, tierra de nacimiento de su madre. Y así de la noche a la mañana, sin casi consultarlo, Alejandra Fierro comenzó a ser Gladys Palmera.

Y su febril pasión de coleccionista de discos dio paso a un precioso proyecto que hoy llega a su cima. La misión casi ejercida desde el mecenazgo consistía en poner en circulación esa preciosa colección de música, con más de 20.000 referencias, al alcance de todos. Pudo haber sido a través de una tienda, de un local de conciertos o de un club de jazz. Pero Gladys eligió el más democrático de los medios, la Radio. Esa radio que en pleno Caribe aún hoy en día sustituye a la televisión en las balconadas y los malecones. Esa radio que actúa de altavoz de las músicas más diversas en los países latinos. Y esa radio que en España es tan monotemática y está tan sujeta a los dictados de las compañías discográficas y las listas de éxitos. Su carrera como GLADYS PALMERA comenzó en Radio Oeste desde donde saltó a la COPE en sus años de SABROSURA, su programa emblemático. De allí a la necesidad de hacer algo propio, un proyecto aún más personal.

Así fue como, hace ahora 10 años, nació Radio Gladys Palmera. Como un desenlace natural de una historia inverosímil. La de una joven que movía tanto los pies que al final los pies le movieron a ella. 

Y hoy Radio Gladys Palmera llega a Madrid, al Madrid más mestizo de siglos, para desde su frecuencia (el 103.2 FM) proponer una nueva fórmula musical y enseñar a los millones de madrileños que aún hoy escuchan la radio, que existe otra clase de música. Y vaya música: bolero, latin jazz, bossanova, flamenco, chanson française…

Esta nueva propuesta espera encontrar en Madrid el hueco que ya tiene en Barcelona y constituirse como una verdadera alternativa de consumo radiofónico. Para ello Radio Gladys Palmera cuenta con una sólida parrilla alternada por radio formula y programas como Sabrosura, Achillifunk, Calle Heredia, Tanga…todo al mando de expertos profesionales de la música y la radio a cuyo frente se encuentra Alex García convertido ya hoy en el consorte de Gladys Palmera.

Radio Gladys Palmera desde el 7 de Noviembre en Madrid

Abocados como estamos al producto musical de rápido consumo no existe apenas esperanza para recuperar la música que hizo vibrar a nuestros padres y aún menos los sonidos que hicieron bailar a nuestros abuelos. Ni qué decir tiene del legado musical que dejaremos a nuestros hijos.

Mientras que cualquier otra disciplina artística premia el paso del tiempo para prestigiar el arte atemporal las circunstancias de la música, probablemente fruto del trabajo de las propias discográficas cazadoras implacables del hit del mañana y explotadoras insaciables del hit del ayer, han convertido el panorama musical en un páramo en la que sólo el mundo anglosajón con su envidiado Billboard parece ya tener un hueco en nuestro dial (y más recientemente en nuestro Ipod).

¿Dónde han quedado por tanto las músicas más allá del top manta? ¿Hay esperanza aún para los amantes de la música sin marketing? Alejandra Fierro es el mejor exponente de que hay música más allá de las Radio Fórmulas. Esta idealista guarda una historia apasionante en el garaje de su casa de El Escorial. Guarda ni más ni menos que la mayor colección privada de música latina de toda Europa, una colección en la que joyas del Latin Jazz más auténtico se funden con las historias de amor desgarrado de los Boleros sin olvidar los verdaderos Salseros mezclados con la mejor música del primer y verdadero Bronx latino. Una colección en definitiva imprescindible para entender nuestro pasado, presente y futuro. 

En cualquier otra disciplina artística esta colección se encontraría en un museo, protegida por fuertes medidas de seguridad y custodiada por la guardia pretoriana del Ministerio de Cultura más preocupada en la custodia del oro del Odissey que de la verdadera riqueza proveniente de “las Américas”.

Afortunadamente unos pocos románticos como Alejandra, refugiada en su alter ego Gladys Palmera, se han encargado de suplir a discográficas y demás actores de la industria para proteger un legado que aunque ignorado y depreciado constituye por si solo un tesoro único que merece una difusión mayor que la que ha tenido hasta ahora.

Es la misma Gladys Palmera ignorante de su verdadero papel. Y es que reina en el mundo de la música una confusión evidente. Imaginan al mundo del cine, por poner un ejemplo, sin cuidar los productos de genios como Orson Welles o Alejandro Rodríguez Iñárritu. Inimaginable.

Radio Gladys Palmera comienza la emisión de su nueva temporada el día 15 de Septiembre. En Madrid en el 103.2 FM.